lunes, 17 de febrero de 2014

balada para un Kaiser Carabela (1987) Spinetta, el actor.

Qué lindo es encontrarse con otra faceta de un artista que uno admira. En este caso Luis Alberto Spinetta, cuya extensa obra es motivo de emoción continua, es ese artista con el merito de aparecer en lugares poco comunes y que con el correr del tiempo se vuelven intensos.
"Balada para un Kaiser Carabela" un cortometraje del gran director Fernando Spinner, basta recordar la película "Aballay, el hombre sin miedo" para entender hacia donde nos dirigimos. Spinner se juntó con Spinetta en 1987 para grabar el cortometraje onírico antes mencionado: "Balada para un Kaiser Carabela, el corto de Spinetta, nace de un profundo deseo de filmar un corto muy influenciado por un cierto tipo de cine como las películas de Wim Wenders, sin diálogos, más poéticas” (Spinner) y básicamente logra su cometido. 
La intensidad se logra desde dos aspectos. Primero desde lo visual. El director nos sitúa en un ambiente conocido como Villa Gesell, el mar, la arena, etc., pero poco a poco ese lugar empieza a transformarse en una travesía en la que tres personajes conviven a través de la fina tensión de sus miradas. Esto nos lleva al siguiente plano, la música creada y arreglada por Luis Alberto Spinetta que es tan versátil, que el cortometraje lentamente se despide de su condición de "película" para convertirse en un espejo onírico del cual es imposible salir. Los matices asociados logran en el espectador una suerte de ensueño del que luego es difícil saber si en definitiva uno está despierto viendo una película o quizás todo esto, incluso estas palabras formen parte del montaje planeado por el director. 

Algún dato demás: la cinta fue reproducida pocas veces en Argentina. Ha ganado muchos premios en otros países. Hace muy poco se la rescató y comenzó a ser rodada por distintos circuitos cinematográficos. Para aquellos que la vieron será una buena experiencia revivir esta película (ahora dejo abajo el link) y para aquellos que no la vieron será un buen momento para disfrutar de 21 minutos de placer onírico. 
Algunas fotos del Cortometraje: 































El Cortometraje a continuación



(Extraído de Youtube)














(Fuentes)
Links
http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/radar/9-5700-2009-11-15.html
www.fernandospinner.com.ar
Material extraido de
www.youtube.com
http://www.tdt-latinoamerica.tv/foro/balada-para-un-kaiser-carabela-1987-t6581.html

viernes, 14 de febrero de 2014

El Número Equivocado.


Este es un relato viejito mío que quiero compartirlo. Cada vez que lo veo siento la necesidad de tratar de arreglarlo o de cambiarlo...En fin espero que lo disfruten. 

El número equivocado
                                    En un mismo tiempo lo que ayer eterno
entra en otras ropas, lo casual desdobla lo tan cierto.
Las curvas que cruzan los planos tan rectos
y alguien busca sin temor el número imperfecto.
     (Catupecu Machu)
                                                                        ( Episodio I)
Suena el teléfono
-hola.
-Hola, ¿esta Marisol?
-¡NO! Equivocado señor (y corta bruscamente)
El hombre desconcertado revisa el número y vuelve a marcar.
-Hola
-Hola, sí, ¿Está Marisol?
-No señor, ¡equivocado!
-Espere, espere ¿Es el 46532435?
-Sí, señor pero no hay Marisoles por aquí.
-¡Qué raro! ¿No me estará ocultando algo no, señorita?
-Señora, y más respeto que soy casada.
- Marisol, ¿no te acordás de mí? Soy Eduardo.
-¡Que no vive ninguna Marisol acá señor!, ¡déjese de hinchar o aviso a la policía! Mire que su número aparece en mi teléfono, está claro ¿eh?
El  hombre corta abruptamente. Revisa nuevamente el número, se pregunta por qué esa señora no admitía ser Marisol, la chica que siempre fue dulce, tierna, la mujer que él siempre amó. “Probaré más tarde, ahora necesito pensar” se dijo mientras preparaba una taza de café. Lo noche se vestía con nubarrones y truenos, apenas podía lucirse la luna. “intentaré otra vez” repetía en medio de la soledad de su habitación, plagado de ansiedad, escondido  porque no quería que su novia, recién llegada de un viaje largo, lo escuchara.  “Cuando Diana-su novia- entre a la ducha, llamo” dijo. Instantes después el hombre oyó el ruido de la puerta del baño que se cerraba fuertemente.  Probó suerte otra vez.
                                       
                                                       Episodio II

-Hola
-Hola, ¿Marisol?
-Señor, ¿otra vez usted? Se lo repito una vez más, acá no vive ninguna Marisol.
-Yo sé que sos vos Marisol. Yo sé que el tiempo nos separó por cagadas que me mandé, pero escúchame, yo te amo y siempre te ame.
-Señor, es todo muy lindo lo que dice, pero cómo le hago entender que yo no soy Marisol.
-Yo sé que no querés hablar conmigo, que todo lo que hice fue malo, que te deje ir por las cagadas que me mandé, pero no me dejes, mi vida es una porquería, ¡te extraño Marisol, ¡Te extraño!  Escribo tu nombre en cada descanso de mi laburo. Cuando estoy con Diana se me aparece tu cara, ¡Te extraño Marisol!, ¡no me dejes!, ¡no me cortes...!  ¡Por favor!
-Señor, no sé qué decir. Entiendo su desolación, pero yo no soy Marisol. Yo soy Inés, casada con Roberto Pérez…eh… y… que no soy Marisol. Lo siento pero debo cortar, es muy tarde.
-¡No, Marisol, ¡no! ¡No me dejes!
Desconsolado, el hombre suelta el teléfono. En ese instante Diana, semi- desnuda cubierta solamente con toallas, entra y lo ve llorando. Angustiada busca las pastillas: 
-¿otra vez lo de Marisol vos? ¿Cuándo vas a entender?
- Era ella Diana, lo sentí, era ella, lamento decírtelo pero era ella.
-  ¿Hace cuanto que viene ocurriendo esto?
-Era ella, era ella, era ella…
-¡BASTA! Sabes bien que Marisol está muerta, ¡sabés bien lo que hiciste!
-Era ella, era ella, lo sé, era ella…
- Ya no puedo seguir así…esto es mucho para mí. Me cansé de cuidarte para nada.

Diana juntó algunas ropas. Minutos antes había hablado con el Doctor López  para avisarle del ataque de nervios de su novio, y se marchó.

El hombre miró el número de teléfono. Repetía constantemente que “era ella”. Miró por la ventana, tomó el frasco de pastillas y se las mandó todas de un tirón, esto le produjo convulsiones. Minutos después, murió.

                                                   ( Episodio III)

Suena el teléfono:
“te comunicaste con la casa de Eduardo Flores, en este momento no estoy…deja tu mensaje después de la señal”

-Hola Eduardo…soy yo. ¿Estás?